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RIVERA UN HOMBRE MUY ENDEUDADO

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16 agosto, 2012 por Charrua Hapkido y Tkd Paysandu

Fuente: «Nuestro pasado Indígena» Fernando Klein 

Rivera es un hombre muy endeudado, al punto tal que el 12 de febrero de 1825, el cónsul brasileño Correa da Cámara envía una nota a Itamarati:

Urge grandemente atender sin demora a los servicios extraordinarios, celo y heroica fidelidad del brigadier Fructuoso Rivera; no se diga que está bastante remunerado con el puesto y con las simples insignias de “Cavalleiro do Cruzeiro”… a cuya influencia se debe en grado eminente la conservación de esta Provincia y la paz que aquí se disfruta. Esta muy endeudado (por el juego) como he dicho en mis anteriores; importa sacarlo de ese estado de vergonzoso abatimiento…impórtanos que viva con dignidad y decencia este agente esencial que promueve nuestros intereses, que se ocupa continuamente de plantar sus buenos principios de adhesión y obediencia entre los habitantes de la campaña…y engrosar aquí su Partido, que tanto bien nos está haciendo”. Lecor, finalmente, nombra a Rivera Comandante General de Campaña, poniendo a sus ordenes todas las divisiones de los distintos acantonamientos del Estado, grado que Rivera acepto con orgullo.

Probablemente hubiera recibido más “títulos” si no hubiera sido por la Cruzada Libertadora (con la cual colaboro obligado o lo fusilaba Lavalleja por traidor a la patria) del año 1825, ya que el 3 de abril de 1825 Pedro 1 le daba el titulo de Barón de Tacuarembó: la designación habría llegado tarde a Montevideo, en los hechos Rivera ya había intimado por Lavalleja a adherirse en la liberación de la Banda Oriental.

En el año 1825 se produce el desembarco libertador en la Agraciada, la expedición comandada por Lavalleja se dirige hacia San José, encontrándose con Rivera en el arroyo Monzón. Rivera venia desde Colonia frente a fuerzas imperiales brasileñas. Fructuoso Rivera  es apresado y si no fuera por Olivera un soldado, es muy probable que hubiera sido ejecutado. Olivera había sido capturado por Rivera en 1823, uniéndose a sus tropas evitando con este gesto morir en la horca: esta deuda de honor es la que salvo la vida de Rivera a manos de Lavalleja (a este hecho se lo conoce como el “Abrazo del Monzón”); y se supo de un comentario de Lavalleja sobre como Rivera tenia la solicitud por su “cabeza”: …cuando lo tome prisionero en 1825 a Rivera se le hallo en la cartera una autorización para que ofreciera mil pesos al que le entregara mi cabeza y otros mil al que le presentase la del general Manuel Oribe.”

José Brito del Pino narra el episodio indicando comoal comienzo Rivera se niega a cooperar:

…cambiadas las primeras palabras con Lavalleja, Rivera se negó a cooperar en la empresa libertadora fundándose en que estaba al servicio del Imperio y no podía traicionarlo (a los orientales si pero al imperio no. Se le hizo retirar a una tienda de campaña guardada por centinelas de vista, entre ellos Manuel Oribe y Manuel Lavalleja, los cuales a la menor acción que vieran, que presuman sea para fugarse, lo dejaría en el sitio”. Luego de 2 horas Rivera manda a llamar a Lavalleja diciéndole: “Compadre estoy decidido, vamos a salvar la patria, y cuente Ud. Para todo y en todo conmigo”.

Ese mismo año el sargento Benito Silva, por causas no aclaradas, deserta del cuartel de Dragones y convivirá cinco meses con los charrúas. Se producen triunfos patriotas en las batallas del Rincón (24 de septiembre) y del Sarandí (12 de octubre).

El primero de enero de 1826, el cacique Vaimaca Perú ingresa al campamento de Rivera con unos 20 charrúas, como indica en su Diario de Guerra del Brasil, José Brito del Pino: “…todos venían armados, unos con chuzas, otros con arcos y flechas, todos con bolas y otros con un palo y en la punta un peso…”.

En el enfrentamiento decisivo contra el Brasil, batalla de Ituzaingo, donde el ejército de las provincias argentinas actuó con las orientales, el 20 de febrero de 1827, cinco caciques charrúas con 500 hombres se incorporaron al cuerpo de guerra. Al igual que en el periodo Artiguista, mantendrían un perfil independiente. Su labor se centraba en la táctica de guerrillas, hostigamientos directos, vaquéanos y vigilancia.

Rivera había sido exiliado hacia las provincias, reingresaría al Uruguay en 1828: con su sobrino Bernabé ingresa al territorio misionero y luego de ocuparlo, dejo libres las misiones en veinte días. Evade así la condena a muerte emitida por Lavalleja y la persecución efectuada en busca de su persona por Manuel Oribe. En un parte de Rivera al gobernador Dorrego fechado en Ibicuy el 16 de mayo, al término de la campaña, dice: “No menos digna de la consideración de V.E la conducta de los indios minuanos y charrúas, que al mando de los caciques Polidoro y Juan Pedro (respectivamente)acompañaban, bajo la dirección del capitán Juan Francisco Fernández.”

Sabemos de la participación de los charrúas en la guerra contra el Imperio de Brasil, el emperador Pedro 1 de Brasil, ante la situación creada por Rivera apura la concertación por una Convención Preliminar de Paz, en la que intervino decididamente la diplomacia inglesa: se acordó la evacuación de las misiones y la conformación de un estado “tapón” entre Brasil y las Provincias Argentinas : surge (no por meritos propios sino por decisión de los demás interesados) la República Oriental del Uruguay.

 

 Basado en el libro de Fernando Klein «Nuestro pasado Indígena»

Nuestro pasado indigena

 

 

 

 

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