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En el año del Bicentenario

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16 marzo, 2011 por Charrua Hapkido y Tkd Paysandu

Según relata Milton Schinca en su obra «Boulevard Sarandí», hacia comienzos del siglo pasado en el país no estaba claro aún quién debía ser el héroe nacional, al punto que la representación diplomática uruguaya ante Washington debió consultar a la Cancillería acerca de qué personaje de nuestra historia merecía que su efigie figurara en el Pabellón de las Repúblicas Americanas como héroe mayor uruguayo.

 

El ministro de Relaciones Exteriores era el doctor Jacobo Varela Acevedo, quien envió instrucciones a la misión uruguaya en Washington concebidas en los siguientes términos, citado por Schinca: «Artigas, el Artigas de Blanes, de pie sobre la Ciudadela de Montevideo, por ser la actitud serena y reflexiva que el artista ha dado, la que mejor puede expresar la personalidad del Jefe de los Orientales, hombre de acción y pensamiento, caudillo de un pueblo, defensor abnegado de sus derechos, sostenedor, si no el único, el más resuelto e invariable entre los hombres de la revolución americana, de las ideas de democracia y república, triunfantes hoy en toda América».

 

Los restos del prócer ya habían sido repatriados desde Paraguay, hacia mediados del siglo XIX, pero la urna quedó en depósito en la Aduana durante varios años. Es que apenas empezaba a revisarse la leyenda negra urdida por Buenos Aires, que presentaba a Artigas como un aventurero inescrupuloso cuando no como un bandolero, anarquista y amigo de la barbarie contra la que Sarmiento había levantado la bandera de la civilización. Téngase presente que las primeras emisiones de papel moneda nacional ­a cargo del Banco de Londres­ no lucían la imagen del Protector de los Pueblos Libres sino la de Cristóbal Colón… La Patria Vieja no era objeto de veneración por parte de la historia oficial.

 

No debe llamarnos la atención que el primer centenario de la gesta emancipadora haya pasado casi inadvertido y no haya merecido los festejos oficiales que sí se realizaron con gran pompa cuando se celebró el centenario de la Jura de la Primera Constitución y el nacimiento de Uruguay como país independiente el 18 de julio de 1830.

 

La figura de Artigas empezó poco a poco a cobrar valor, hasta que la leyenda negra fue definitivamente sepultada y el Jefe de los Orientales pasó a ser el héroe casi estereotipado, inmortalizado en el bronce y con el absurdo título de «Fundador de la Nacionalidad Oriental». Artigas no fundó nuestra nacionalidad pues por su cabeza nunca pasó la idea de hacer de este territorio (Banda Oriental primero y Provincia Oriental después) una nación diferente de las Provincias Unidas del Río de la Plata; Artigas fue el más grande caudillo argentino pero no el fundador de nuestra nacionalidad.

 

Como suele ocurrir, la historia oficial se ocupa de tergiversar la historia verdadera. Es así que Artigas es presentado como un semidiós con uniforme militar montando brioso corcel, más parecido a un mariscal europeo que a un paisano. Y de su pensamiento sólo se recogen el federalismo y la organización democrático-republicana de gobierno. Su ideario social ha sido cuidadosamente soslayado porque no es digna de un héroe nacional esa preocupación casi obsesiva por los humildes y por la justicia social.

 

En este año en que conmemoramos los doscientos años del comienzo de la gesta emancipadora, buena cosa es despojar a Artigas de esa aureola falsa y estereotipada para recordarlo y homenajearlo en su real dimensión.

 

http://www.larepublica.com.uy/editorial/444507-en-el-ano-del-bicentenario

 

Un pensamiento en “En el año del Bicentenario

  1. Carlos V.Suarez Lemos dice:

    Trabajo muy interesante, principalmemnte sobre la investigaciones realizadas en Purificación y la relación de Don José y los Charrúas. Legítimos dueños del suelo de la Banda Oriental.

    Muchas gracias. Atte. Carlos Suarez.
    Mayo/2011. Colonia del Sacramento

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